miércoles, 15 de mayo de 2013

Negroponte y la errónea estandarización de la cultura cibernética

Nicholas Negroponte, (Arquitecto estadounidense fundador y director del MIT Media Lab, y think tank del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT. Entre otros logros, posee el de ser el actual impulsor del proyecto americano de producción de computadoras portátiles de bajo costo) persiste en considerar un trágico destino para el libro tal cual como lo conocemos. Amparado en su visión progresista, considera firmemente que el universo digital, en cualquiera de sus formatos, reemplazará a la publicación gráfica. En varios documentos a lo largo de los últimos diez años, el informático ha abordado la puja entre los átomos y los bits; claramente, no duda en colocar en el tapete de la discusión actual, al irrefrenable flujo de la digitalización como centro de nuestras vidas, valiéndose de que las nuevas tecnologías intervienen puntualmente en “la sustancia” (si se me permite la licencia) de lo todo lo que hoy se halla culturalmente establecido. El catedrático norteamericano, afirma que la naturaleza de lo tangible, además de ser perentoria y limitada, será reemplazada indefectiblemente por el accionar de los datos. En mi consideración, sugiero un alto en la vehemencia de esta afirmación. Simplemente, al recordar que todo soporte digital supone la utilización de energía eléctrica para su alimentación, nos hallaremos ante el obstáculo fundamental de su entronización social. Sería mucho más accesible suponer, el camino conjunto, la coexistencia de formatos, y quizás esta afirmación (este deseo) no nazca únicamente de la sana intención, tanto de defender nuestra cosmovisión arraigada, como nuestro derecho de manipular el papel como medio, sino que se apoya en sólidos principios sociales, políticos y económicos. De alguna manera la visión de Negroponte (si bien progresista, grande e inagotable en posibilidades de aprendizaje) no deja de ser occidental, capitalista, quizás no europeizante, pero si socialmente sectaria, y tal vez, claramente excluyente. No imagino un mapeo mundial con hitos de éxito del Programa Negroponte en la sabana africana, China, otras grandes extensiones de Asia, e incluso grandes espacios y sectores puntuales de Europa del este, por no mencionar diversos mojones en la extensión territorial de América del Sur. El mundo de datos, procesados en información o no, es solo una parte de la expresión y la necesidad de una buena administración de las posibilidades de acceso a la información global. El libro, tal cual como lo conocemos, seguirá existiendo, quizás no por méritos contemporáneos, quizás no por nuevas consideraciones de su naturaleza estática, pero sí, fuertemente, por la ausencia de capitales globales en la estandarización de una educación común realmente para todos, sin vueltas y de verdad.

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